La energía renovable tiene el poder de cambiar nuestras vidas para siempre, ya sea solar o cualquier otra fuente de energía verde como la eólica, la hidroeléctrica o la biomasa; el uso de energías renovables crea beneficios ambientales, económicos e incluso para la salud humana comprobados.
La energía renovable proviene de fuentes naturales y prácticamente inagotables, como el sol, el viento, el agua y las plantas. Cualquier fuente de energía considerada “renovable” no puede agotarse y debe renovarse con frecuencia (dentro de la vida humana promedio) y de forma natural.
Además, la energía renovable no es lo mismo que la energía limpia o verde. Si bien muchas fuentes de energía renovables se consideran energía limpia, ese término se refiere específicamente al impacto ambiental de una fuente de energía. Por eso la energía nuclear puede considerarse, en algunos círculos, limpia (pero no verde).
La energía verde es en realidad un subconjunto de las energías renovables, que representa los recursos más beneficiosos para el medio ambiente. Esto incluye:
Energía solar
Energía eólica
Energía geotérmica
Energía de biogás
Energía de biomasa
Energía hidroeléctrica de bajo impacto
Con las energías renovables, los beneficios ambientales son claros: la electricidad generada a partir de recursos renovables como paneles solares y turbinas eólicas no genera emisiones ni contaminación del aire.
Aquí radica la importancia de generar nuevas políticas públicas que promuevan incluir energías renovables en las en las ciudades, esto sin duda mejorará la calidad de vida de las personas y beneficiará al medioambiente.
